domingo, 5 de agosto de 2012

Ni fú Ni fá


Ni fú, ni fá. Así es como estoy en estos momentos. Y no sé qué es mejor/peor si estar triste, alegre, nerviosa, enfadada, emocionada o.... simplemente, estar.

Ahora mismo estoy en la terraza de mi cocina, en un espacio de 2x2 que comparto con la lavadora, el cubo de la fregona (y su fregona), la escoba, un barreño, el tenderete plegado, una estanteria que va del suelo al techo y un mini extintor (ésto son cosas de mi madre, que imagino que algún día agradeceré pero de momento es otro cacharro más con el que comparto MI espacio). Mi casa es un bajo "alto" así que desde mi terraza con sus correspondientes barrotes, veo la calle a unos palmos del suelo. Vamos, que mis vistas no son a cielo abierto sino más bien a asfalto cerrado.

Pero bueno, aquí estoy en MI espacio, en el que puedo fumar y escribir al mismo tiempo. Ah, lo de poder apoyar los pies en la puerta de la lavadora acaba de ser todo un descubrimiento y un punto positivo a la comodidad de este MI espacio.

Levanto la cabeza mientras estiro los brazos y veo el calentador con su correspondiente tubería y entonces pienso: "oooooh, qué placer!!!". Pero bueno, siendo una chica de recursos y de planes B, creo que no me puedo quejar. Hasta puedo poner una vela aromática para darle un toque más cool a sala chill-out porque no creo que venga una ráfaga de aire con la suficiente fuerza a través de los barrotes y de la celosía que cierran herméticamente la terraza. Y bueno, siempre puedo tirar de mi mini extintor. "¡ Gracias mamá! ahora veo claro para qué lo necesitaba".

No es que me crea una bohemia de la escritura (bueno, ni de nada), pero digamos que es una pequeña manía ó un factor ambiental que me encanta y es el hecho de ponerme a escribir en el blog con un cigarro y una taza de café (ahora es un Aquarius porque Madrid no está para cafeses y creo que mi ánimo tampoco).

 Y después de esta puesta en escena a lo Ken Follet (porque el hombre otra cosa no, pero con todos los detalles que da en sus libros, hace que de verdad te sientas en una trinchera- la prueba está en La caida de los gigantes) pues voy a empezar a contar las tonteridas que se me pasan por la cabeza.

Paso número 1: ¿Cómo estoy?
¿Estás triste? No. ¿Estás feliz? Pues tampoco. 

La cosa parece que no va mal porque al menos no tengo un tsunami emocional, ni positivo ni negativo, y conociéndome, éso ya es un dato.

Podría calificar a este estado como desidia-aburrimiento. Buuuufff, pero es que no tiene tanta intensidad y esas palabras sólo escribirlas me parecen demasiado.

Paso número 2: ¿Qué pensamientos vienen a tu cabeza?

Pues ninguno tiene tanta fuerza como para decir que es el "pensamiento estrella". Más bien tengo ideas fugaces. Me acuerdo de algunos amigos, de mis días en Bruselas (ayyyysss, qué malita estaba allí), de los vinos que tomaba en una terracita.
Y también empiezo a pensar en planes: viajes que me gustaría hacer (no sé ni cuándo ni con quién), en los cursos a los que me gustaría apuntarme (ahora me ha dado por la Inteligencia Emocional... ¿por qué será?), en un tratamiento intensivo para que mi pelo recupere el brillo y la suavidad, y en un planning de deporte y dieta que pienso empezar en septiembre. 

Este último objetivo me tiene ilusionada y por eso me voy a extender un poquiño. He decidido que quiero tener el cuerpo que quiero (ya que la cabeza que quiero es más difícil de moldear). Pero no de una forma frívola o superficial, ni por querer ser como las tops sino porque me apetece verme bien. No creo que tenga que justificarme tanto, aunque al mismo tiempo lo hago, pero sí, mi cuerpo me obsesiona tanto como mis ralladas mentales. Así que teniendo en cuenta que soy una privilegiada porque no tengo problemas serios ni responabilidades de gran emergadura pues he decidido invertir mi tiempo y energías (y un poco de dinero) en lograr esta meta. 
Además, como dice un amigo "nunca voy a estar mejor que ahora", es simple cuestión de genética y de que la edad no perdona por muchos liftings y movidas raras que te hagas. Así que ya tengo medio apalabrado un entrenador personal y en septiembre empiezo.
Jejeje, sé que suena a la típica frase de buenos propósitos de los comienzos de curso (o de año), pero sé que lo voy a aplicar. Y si no... pues me seguiré querriendo igual, porque no tengo nada que demostrarme a mí misma. Qué rabia me da tener que justificarme tanto!!! y eso que estoy hablando conmigo!!! (maldita influencia moral-social o lo que sea).

Para trabajar con mi cabeza cuento con Carmen. Ahora sí que voy a parecer sacada de "Sexo en NY" ó "Mujeres desesperadas", pero sí, tengo una psicóloga que es una maravilla para los sentidos. (también tengo un amigo gay y unas cuantas lesbianas... así que más chachipiruli no puedo ser).
A veces pienso que las cosas que le cuento a Carmen son unas chorradas monumentales y más aún con todas las cosas serias que ella oirá al cabo de los días. Lo que pasa es que son "mis chorradas" y no veas cómo duelen las jodías.
No quiero pensar que dependo de ella para ser feliz ó encauzar mi vida, pero reconozco que es mi tabla de salvación. Es alucinante pero creo que es la persona que más me conoce (será porque hablo sin tapujos con ella) y de lo que no me cabe duda es, que es la que más me ha ayudado. 
Este año ya empiezo segundo de psicología y aunque siempre me llamó la atención este mundo, una razón es que yo de mayor quiero ser como ella y si consigo ayudar a alguien de verdad, tal y como lo hace ella conmigo, me daré por satisfecha. Suena un poco repipi lo que acabo de escribir, a modo de "sin vuestra colaboración nada de esto habría sido posible" pero es cierto. (Ya me estoy volviendo a justificar... uuuummm, ésto me lo tengo que mirar!!jeje).

Pero bueno, si quieres que te cuente algo concreto... te lo resumiré en una frase: "por mucho que me guste el movimiento, no decido cambiar las cosas si estoy conforme con ellas". 
Hace unos días la leí y es una gran verdad.
Y esto da pie a otra pregunta (qué dicertido la autoterapia que me estoy marcando).

Paso número 3: ¿Qué te apetece?

Pues me apetece irme de vacaciones y estar en una tumbona en la playa vuelta y vuelta, con un libro y sin más preocupaciones que pensar dónde voy a ir a cenar. Este plan podría hacerlo tanto sola como acompañada. Si es con amigas dependería de con cuáles y si es con mi novio... bueno, para hacer esto con mi novio, creo que debería hacerle primero una lobotomía.

Me apetece disfrutar de Madrid y de sus terrazas.

Me apetece tener una conversación un poco trascendental, hablando de lo divino y de lo humano. Vamos, filosofear por el mero placer de compartir tus pensamientos y sentimientos.
El otro día me leí un artículo de Hugo Bleichmar (un psicólogo que es un crack) que se titulaba "del apego a la intimidad". Habla de las relaciones entre las personas, no simplemente amorosas, y cómo necesitamos sintonizar con el otro ya sea física ó mentalmente.
Bueno, pues de esta historieta como de muchas más me gustaría divagar con alguien.
Por eso he buscado cursos de inteligencia emocional, para ver si hay más frikis como yo, pero sin llegar al nivel de ponerme a hablar con las piedras o levitar a lo Santa Teresa.

Parece que sí que sé lo que quiero. Esto ya no sé si es bueno ó malo.
NOTA: Carmen, por Dios, vuelve ya de vacaciones!!! ;-)


En agosto va a haber unos días que voy a estar sola en casa. Creo que me van a venir bien. No es un retiro espiritual en un monasterio ni tampoco una desconexión en Las Bahamas, pero a ver si me encuentro conmigo misma. (auuummm auuummm... ahora sí que empiezo a hacer la flor de loto).

Pero como te cuento, no estoy mal, no necesito un desahogo urgentemente, en plan "112", "SOS", simplemente quiero hablar, ordenar las ideas que no tengo porque no sé muy bien cómo se gestiona este estado. Estoy acostumbrada a hacer frente a mis huracanes emocionales pero no a ésto.

Y ahora voy a ponerme a hacer unos broches que me entretenie, me relaja y  bueno, que podría hacer éso como otra cosa cualquiera.

Ya sabes... ni fú ni fá.

2 comentarios:

Cheli dijo...

Me haces reir!! (no te ofendas) y tengo que agradecertelo, ja ja ja.... no son muchos los que tienen las cosas tan claras como vos.

Y mira, se me escapo una carcajada cuando hablabas de tu amigo gay, porque hace muy poquitos dias, una "seudoamiga" monotematica me sale por milesima vez con el tema de que lo que yo necesito es un "buen revolcon" (es la unica solucion que ella ve para su vida, y se cree que las demas estamos igual) y yo le conteste que NO, rotundamente NO, que prefiero un amigo gay, que eso si que me vendria bien...ja ja ja....igual te lo pido prestado, ja jaj

Y lo otro, hace muchos años, queria llevar a mi retoño a una psicologa, pues no hubo fuerza humana que lo llevara, asi que fui yo, por no dejarla plantada a decirle que disculpara, que no queria ir y tal....cuando la mujer abrio la puerta...no pude hablar, me puse a llorar como una magdalena....y segui visitandola 3 años, hasta que un buen dia, no necesite ir. Y tengo mucho que agradecerle. La recuerdo con mucho cariño.

Y ya te dejo, que al final, en vez de un comentario, hago una entrada!!!!

Geniales tus planes para setiembre!!!

Besos.

Wicked Witch of the West dijo...

Gracias, Cheli, por tu comentario!! la verdad es que cuando lo releo también me hace gracia...
Aunque esto de tener las cosas tan claras no sé si es bueno...jeje

Pero eso sí, te recomiendo que pongas un amigo gay en tu vida!! ;-)

un besote