lunes, 23 de abril de 2012

Me olvido de mí porque te quiero


Éramos pocos y parió la abuela. Ayer por la tarde nos enteramos de que han suspendido las oposiciones de secundaria para Andalucía. Venga, quién da más!!??

De repente cae al suelo el epicentro de nuestra vida. Sí, de la mía también, ya que ésa era la prioridad y donde estaban puestas todas las energías y por éso no había tiempo para nada más. Todo giraba en torno a la oposición.

Me siento confusa porque sé que es un palo. Me pongo en su piel y la empatía surge dentro de mí, ya que sé lo que significa poner todas tus fuerzas en una cosa y ver esa ilusión truncada. Quiero apoyarle, darle mimos e intentar que vea que no está solo en esta situación. De hecho, éso es lo que he estado intentando demostrarle durante todo este tiempo, aunque a veces he sentido que no se daba cuenta ó no lo valoraba.

Reconozco que algo me frenaba. Supongo que sería mi "yo" dolido, que apenas unas horas había sido vapuleado. Pero por otra parte, le quiero y entiendo tanto la frustración que tiene que estar sintiendo, que me fuerzo a olvidarme de mí.

Nos vamos a dar un paseo por el parque y entonces veo que se le está yendo la pinza. No hace más que mirar a los árboles y decir que si éste es un abbetus ó el otro un cedrus ó mira qué piña más curiosa... Asumo que cada uno tiene una forma de gestionar los golpes y a mí me admira la suya. Al menos por fuera, todo es calma. Yo no estaría mirando los árboles sino subiéndome a la copa del Pinus Pinea para tirarme en caída libre...

Me da rabia no estar en mi mejor momento para animarle en condiciones, sé que lo puedo hacer mucho mejor. Pero el día anterior me habían reprochado que no me preocupaba por sus cosas y éso me había dolido mucho, ya que no era verdad.

Ahora hago de tripas corazón. Soy consciente de que él me necesita. No puedo olvidarme de mi tristeza, porque la muy jodía sigue ahí, pero intento convencerla para que esté calladita. Ahora no es el momento de atenderla.

Pero aquí, en el blog, sí que hago las revindicaciones que fuera no puedo.
Me gustaría que valores lo que me preocupo de tí. Que si voy al geominero, al museo de ciencias naturales ó me trago documentales de bichos varios, a cual más asqueroso, no lo hago por rememorar mis años de veterinaria sino por tí. Que no creo que pida tanto, simplemente que si decides hacer algo "lúdico" conmigo pues que sea de verdad para hacerlo y disfrutarlo los dos y no sólo porque te venga bien comer en el parque y ver tus arbolitos ó por una obligación que te creas de entretenerme. Prefiero no hacer nada juntos a hacerlo mal, deprisa y corriendo y sin interés.

Sé que eres bueno, pero entiendo que también eres humano y todos los opositores hemos pasado por ésto sabemos que uno se vuelve egoista de su tiempo y da primacía a sus intereses y necesidades.

Nadie dijo que el amor fuese fácil. Por éso y porque te quiero, cuenta conmigo!!!.

domingo, 22 de abril de 2012

Desahogo


Qué excusa tan fácil es decir que la causa de todos los males la tiene "estar con la regla". Es algo que me indigna porque aunque es cierto que en esos días estamos con las emociones a flor de piel, éso no justifica que no se tomen en serio nuestros comentarios, sugerencias ó necesidades.

Creo que simplemente, en esos días estamos con las fuerzas más bajas y cosas que en otro estado de ánimo podrías afrontar más estoicamente pues ves que no eres tan machota y no puedes ignorarlas, porque en realidad te duelen, tengas ó no una revolución hormonal. Pero la causa que te ha hecho sentir mal ó como una pringada, no son las hormonas, ellas simplemente han potenciado su efecto ó lo han hecho visible (ó no-invisible).

No es que cada tres semanas me de la "neura", es que cada tres semanas me afecta más lo que veo constantemente.

Y no quiero dramatizar, porque lo que veo no es que sean cosas horribles. Son pequeñas cosas pero como no se pueden considerar, porque son "mis cosas", lo que yo necesito, pues no son importantes, ni para hablarlas y ni mucho menos para planteártelas. Porque lo importante es tu vida, tus necesidades, tus agobios o preocupaciones. Todo ello dentro de tu mundo interior al que no tengo acceso.

Encima tienes que escuchar reproches de egoismo ó falta de preocupación por los temas del otro. Eso es el colmo, cuando intentas hacerle fácil la vida a la otra persona y sientes que te estás preocupando e intentas hacérselo ver al otro y que de verdad se sienta querido y apoyado. Pues no!!!. No vale de nada, en el momento que se te ocurre levantar la mano (con cierta timidez, ni mucho menos con arrogancia) para decir: "Hola!! sí, sí, te lo digo a tí... mira... que estoy aquí!" Que si en un momento una está más floja es para que tiren de ella y no para que la dejen en su pozo hasta que pueda subir a duras penas.

Pero eso da igual. Porque "ya sabes a lo que venías". Sí, sé que venía a comer contigo aunque lo de verdad importante no era el quedar a comer, sino ir a donde a tí te interesaba. Mi compañia era meramente circunstancial. Pero es que a mí me aptecía ir a otro sitio y si no lo hice fue por tí. Sí, así de claro. 

El resultado de todo ésto, es tristeza, insatisfacción, injusticia, poca valoración y respeto por mis comentarios y por mis necesidades y encima, chulería. Vamos, que las cosas son así, si te gustan bien y sino también. Porque para qué vamos a plantearnos la postura del otro??? para qué??? si todo es por la regla y encima tienes que aguantar que tu comportamiento es de una niña pequeña.

Qué pena!!! es que es pura decepción lo que siento.

Por eso te quiero pedir perdón, a tí que viviste esta situación. Cómo siento no haberte tratado bien y haberme dejado llevar por mis necesidades egoistas. Sé que nunca te lo voy a poder decir en persona ni por escrito aunque ojalá pudiese porque de verdad me arrepiento. Sé que había muchos más factores pero ahora más que nunca valoro el hecho de que me aguantaras. ¿Eso sería amor?, pues me imagino que sí porque yo creo que amor es lo que siento, sino cómo lo puedes aguantar. No sé, tal vez ahora tengo muchos sentimientos encontrados y no sé bien ponerles palabras. Tan sólo decirte que lo siento y que muchas gracias por haber estado ahí (aunque también diste un poco de guerra pero éso es otra historia...).

Este post es surrealista, simplemente es un desahogo. Es soltar lo que llevo dentro porque sí, porque estoy trsite, porque no me gusta sentirme así, porque necesito llorar y sacarlo, porque no me siento entendida y no pido tanto, simplemente que se me considere y se tome mínimamente en serio las cosas que digo.

Y que ésto es la realidad. Eso cada vez me está quedando más claro. Duele pero no engaña. Lo bueno es que cada vez me va dando menos miedo. No voy de super woman, pero el trabajo que estoy haciendo conmigo misma va dando sus frutos, lentos, pero los va dando. Y "qué bien que estoy tan mal" es una frase que no se me quita de la cabeza y me da fuerzas para reafirmarme en que las cosas las siento por algo, no porque esté loca, sea una caprichosa o por las hormonas de las narices.

Ahora, vuelta a empezar. A sacar fuerzas de flaqueza y centrarte en tus cosas, las que te dan satisfacciones porque sólo dependen de tí. Eso siempre funciona. Necesitaba llorar y sacar ésto fuera. Ahora me encuentro mejor. La tristeza sigue ahí pero no pesa tanto. 

Supongo, que siguiendo las teorías hormonales, dentro de dos semanas volveré a estar en la cresta de la ola, porque como mi vida se rige por mis hormonas (no sé si puedo transmitir suficientemente la ironía de mi tono).... De momento me voy a tomar un ibuporfeno.

martes, 17 de abril de 2012

Estoy "normal"


Hay quien me dice que cuando me jubile no me va a quedar nada para hacer... y a este paso ya me estoy planteando que puede ser verdad.

Ahora mismo tengo varias aficciones: estoy en un equipo de fútbol femenino, estudiando la carrera de psicología, voy al gimnasio, tengo el blog y ahora me he volcado de lleno en las manualidades.
Antes hacía broches de fieltro pero ahora me he pasado al mundo de forrar botones con tela y hacer diademas, orquillas, broches,...

Todas las actividades las cojo con muchísima ilusión pero reconozco que me faltan horas en el día para poder disfrutarlas una a una como me gustaría. Pero no abandono, sigo ahí al pie del cañón, aunque a veces mi cuerpo me pide a gritos que me relaje.

Estas últimas semanas he estado surfeando en la cresta de la ola. Llena de energía positiva y con ganas de comerme el mundo. Son ciclos y por eso hay que aprovechar estos momentos de subidón porque en cualquier momento... ¡¡¡ ZAS!!!, allá que vuelves a caer al pozo más profundo.

Al vivirlo todo con tanta intensidad te preguntas...¿qué es mejor?, ¿una vida plana ó estos picos (con sus correspondientes descensos) de emociones?

Una amiga me habló de esta cita de Carls Rogers:
"Me doy cuenta de que si fuera estable, prudente y estático viviría en la muerte. Por consiguiente acepto la confusión, la incertidumbre, el miedo y los altibajos emocionales, porque ése es el precio que estoy dispuesto a pagar por una vida fluida, perpleja y excitante."

Y estoy totalmente de acuerdo. Bueno, es que aunque no lo estuviera, tendría que aguantarme ya que cada uno es como es, y a mí me ha tocado ser así.

Pero también te planteas ¿qué es lo normal?, ¿qué es la estabilidad emocional?.
Porque hay veces que cuando nos sentimos bien, simplemente es porque no estamos mal. Tal vez la línea base es encontrarse bien y desde ese punto de partida, subir ó bajar.

Pero aquí influye cuál ha sido nuestro último estado emocional. Evidentemente si llevamos una temporada a ras del subsuelo, cuando un buen día nos sentimos "normal", nos sorprende tanto que empezamos a tirar cohetes.

Yo he pasado una temporada, (qué forma más delicada de decirlo!, porque ha sido un año), en modo hormiga, viendo la vida desde ahí abajo. Por eso ahora que he subido unos centímetros de altura, las cosas se ven de otra manera.

No es que esté eufórica, sino que simplemente estoy en mi línea base, "normal". Vuelvo a ser yo. Con mis iniciativas, mis aficiones, mi mundo social y viajero. Volviendo a tener ganas por hacer cosas. Recuperando la tranquilidad y la seguridad. Me llevo bien conmigo misma. Sé lo que quiero pero sobre todo sé lo que no quiero, y no pienso conformarme.

He descubierto que mis emociones no son mis enemigas, que no debo odiarlas cuando me lo hacen pasar tan mal porque.... "¡¡¡ qué bien que estoy tan mal !!!". Cuando algo duele o nos entristece dentro, es por algo y hay que hacerle caso, hay que preguntarle e intentar averiguar cuál es la razón porque... siempre hay una razón. No soy una veleta emocional. No disfruto creando problemas donde no los hay.

Parece que me estoy justificando y tal vez lo esté haciendo, pero es que muchas veces hay que revindicar que una... es "normal".