viernes, 26 de octubre de 2012

El secreto de mis ojos


Qué difícil es mirar y no simplemente ver. Me he dado cuenta de que normalmente sólo vemos y andamos por el mundo como una cosa boba que no presta atención de verdad a nada ni a nadie.

Vivimos acelerados, con prisas, planes, pensando qué es lo próximo que tenemos que hacer y cuando lo hacemos no lo disfrutamos ni somos conscientes de su ejecución ya que es simplemente otra actividad a tachar de la lista.

Me refiero a todo tipo de actividades, tanto lúdicas como rutinarias, hacer la compra, preparar la comida, pensar qué me voy a poner si mañana llueve, a qué hora voy al gimnasio y dependiendo de ello me llevo la comida al trabajo o no, y si hace mucho que no ves a tal o cual amiga y tienes que hacer un hueco para quedar, y necesitas pijamas, pues ala corre y vuela pero qué pereza tener que desnudarte y probarte mil modelos porque con ninguno acabas de estar cómoda y si no le pides comodidad a un pijama pues entonces apaga y vámonos.

Y qué largo es el proceso después de la ducha, que si crema tonificante para las piernas y la de coco para el resto del cuerpo, límpiate bien los párpados con las toallitas especiales para que no te salgan orzuelos (últimamente a mis glandulillas les ha dado por no funcionar y andan colapsadas, creo que hasta ellas están saturadas de tanto estrés!) y no te olvides del desodorante y de la crema de la cara (ahora el tónico se me ha acabado así que un potingue menos). Si te has lavado el pelo el proceso aún es más largo porque toca echarte espuma y darle un poco con el difusor para que quede biene esponjoso.
Y si ésto es simplemente la descripción de mi momento al salir de la ducha y parece una odisea por el desierto pues imagínate cómo es el resto de mi vida.

Pero el problema no son todas estas actividades ya que van con mi personalidad. El ser sociable, organizar saraos con gente, mi "horror vacum" que me mueve a estudiar psicología, ir al gimnasio, hacer manualidades, leer, ver pelis, buscar destinos chulos que visitar, obras de teatro, etc... Esa soy yo, así que éso no me preocupa y me reconozco perfectamente.

El problema... el problema que no todo el mundo es capaz de descubrir en mis ojos y que si pudieses pararte a mirar, aunque fuese unos segundos... comprobarías que no hay ilusión.

He perdido mi ilusión, la energía que me movía y que me permitía disfrutar de todas mis actividades y mis sueños, planes ó proyectos.
Sigo en movimiento pero no disfruto y por éso todo pierde su gracia, su magia.

Me llamó la atención cuando casi sin empezar a hablar, tan sólo con un "hola, qué tal!", alguien fue capaz de detectar la falta de ilusión en mis ojos.


P/D: Sigo sin fumar y muy contenta.